Este texto intenta ser una opinión no solamente desde el marxismo, sino desde el sentido común, sobre qué es eso de la bandera y la patria y qué representa.
La bandera se puede definir como ese trozo de trapo que cubre los ataúdes de los hijos de los obreros cuando han malgastado su vida defendiendo en realidad intereses burgueses. Y la patria es ese invento de la burguesía que sirve para nublar la conciencia proletaria. Así, estos, los proletarios, además de ser los generadores de su riqueza se convierten en la herramienta que defiende los intereses de dicha clase.
Recordemos que los movimientos nacionalistas surgen fundamentalmente durante el siglo XIX, a la par que las diferentes revoluciones industriales en toda Europa y EEUU, siendo la forma perfecta que tuvieron las burguesías locales, aprovechando vínculos culturales, para unificar los múltiples pequeños territorios en que se dividía la vieja Europa y poder así crear mercados más amplios en los cuales desarrollar sus actividades y multiplicar sus beneficios. El proceso de unificación de Alemania fue probablemente el más claro ejemplo de entonces: mucho antes de la unificación política se constituyó el Zollverein, una especie de mercado común germano. La formación de la actual Unión Europea, surgida del Mercado Común, es el ejemplo reciente más clarificador.
A la vez que protegían sus intereses, liberaban mano de obra de la que todavía quedaba ligada a la vieja clase feudal a través de su doctrina política, el liberalismo. Sin embargo, no todos los movimientos nacionalistas fueron unificadores en ese período. El proceso de independencia de las colonias españolas en América fue el resultado de la descomposición del viejo imperio. La metrópolis, lejos de los tiempos de viejas glorias y exhausta por una guerra de independencia y un subdesarrollo muy marcado, era un freno a la oligarquía criolla, que bajo dicho dominio tenía las posibilidades de comercio con el resto de potencias muy limitadas… Necesitaban el poder político-económico que les daría la independencia y a su vez las grandes potencias ayudaban a dicha independencia, ya que este hecho les abría las puertas a un gran mercado casi virgen explotado durante siglos en exclusiva por la corona española donde podían extraer materias primas a bajo coste y venderles los productos fabricados con dichas materias a precios mas altos.
En el caso europeo, la aglutinación de pequeños mercados solo se podía hacer en muchos casos mediante la guerra (como las diversas guerras que el ejercito prusiano libró en la época de Bismarck), igual que la defensa de la integridad de un mercado determinado (la integridad de un estado nacional). ¿De quién se valió y se vale la burguesía para crear un espacio nuevo de mercado, aumentarlo o defenderlo? De las clases más humildes a las que les llenan la cabeza con palabras vacías como Dios, Patria, Rey, Bandera,… para que den en nombre de esas palabras lo único que tienen, la vida, sin darse cuenta de que la están dando para proteger el cortijo de quienes les explotan. No hay cosa más antinatural que las fronteras o las patrias. En ningún sitio de este minúsculo mundo en el que vivimos surgen de la tierra los postes que delimitan las fronteras. Esa gran propiedad privada es de unos cuantos, los cuales nos hacen creer que, por votar cada x tiempo, somos miembros con iguales derechos de esa “gran nación”. ¡Qué ilusión! En esas votaciones cedemos nuestra libertad, nuestro derecho a decidir por nosotros mismos a unos partidos que juegan a un juego con unas reglas ya marcadas de antemano por la burguesía para que nada cambie, para que ellos sigan siendo los verdaderos dueños.
Fue así como en el XIX se inventaron esos conceptos tan extendidos hoy: pueblo, comunidad nacional, patria,… Para consolidar ideológicamente los estados capitalistas que entonces surgían frente al Antiguo Régimen. Y en nombre de esos conceptos se desarrollaron las principales masacres de nuestra reciente historia, aunque siempre se ocultaban tras ellos los verdaderos intereses de la nueva clase dirigente, la burguesía. ¿Qué sacaron los explotados de todo eso? Muerte y represión. Hambre y penurias.
Marx y Engels criticaron las revoluciones liberales y nacionalistas. La liberación no debía ser sólo política, como en la Francia de 1789, sino humana en su sentido más amplio. Rosa Luxemburgo evidenció el carácter contra-revolucionario de los autodenominados “nacionalismos de izquierdas”. Muchos otros auténticos comunistas han puesto de relieve ese carácter reaccionario.
Las burguesías se desenvuelven hoy a nivel internacional (alianzas, fusiones, inversiones en otros países,…), mientras ellas mismas inoculan a los trabajadores conceptos como “patria”,… con el objeto de asegurar mejor sus intereses, su tablero de juego. ¿Cuándo se darán cuenta los obreros de que su verdadera liberación no viene a través de una “nación” que les garantiza su “libertad”? ¿No se dan cuenta que da igual estar bajo el yugo de un estado que de otro, que el trabajador seguirá estando oprimido por los que detentan los medios de producción? ¿Cuándo se darán cuenta de que la autentica liberación viene por la emancipación de las clases oprimidas?
Curiosamente, ahora que el gran capital se “libera” de su propio invento, vemos a muchos “marxistas” (y en especial a los leninistas) que no dudan en apoyar la “emancipación” de las supuestas naciones oprimidas. Podríamos decir aquello de “éramos pocos y parió la abuela”: más fronteras, más estados, más división de las masas obreras y por tanto menos vínculos de solidaridad y menos fuerza revolucionaria. Ayudemos a pequeñas burguesías retrógradas provincianas a “salvarse” de la quema monopolista impulsada por la globalización. El oportunismo de estos agentes leninistas llega a ser irritante, pues sacrifican el internacionalismo del movimiento obrero por el oportunismo que sólo, si acaso, les favorece a ellos. Porque al igual que la burguesía creó así sus espacios de subsistencia, así los esperan crear estos engendros del marxismo para generar su propia parcela de poder bajo el dominio económico del capitalismo de estado y el terror de la dictadura del partido sobre el proletariado. ¿No han aprendido nada del “socialismo en un solo país” stalinista? ¿Ni siquiera los masacrados trotskystas? Parece que su oportunismo y su fe ciega en la ideología jacobina leninista les impiden extraer las necesarias lecciones.
La bandera se puede definir como ese trozo de trapo que cubre los ataúdes de los hijos de los obreros cuando han malgastado su vida defendiendo en realidad intereses burgueses. Y la patria es ese invento de la burguesía que sirve para nublar la conciencia proletaria. Así, estos, los proletarios, además de ser los generadores de su riqueza se convierten en la herramienta que defiende los intereses de dicha clase.
Recordemos que los movimientos nacionalistas surgen fundamentalmente durante el siglo XIX, a la par que las diferentes revoluciones industriales en toda Europa y EEUU, siendo la forma perfecta que tuvieron las burguesías locales, aprovechando vínculos culturales, para unificar los múltiples pequeños territorios en que se dividía la vieja Europa y poder así crear mercados más amplios en los cuales desarrollar sus actividades y multiplicar sus beneficios. El proceso de unificación de Alemania fue probablemente el más claro ejemplo de entonces: mucho antes de la unificación política se constituyó el Zollverein, una especie de mercado común germano. La formación de la actual Unión Europea, surgida del Mercado Común, es el ejemplo reciente más clarificador.
A la vez que protegían sus intereses, liberaban mano de obra de la que todavía quedaba ligada a la vieja clase feudal a través de su doctrina política, el liberalismo. Sin embargo, no todos los movimientos nacionalistas fueron unificadores en ese período. El proceso de independencia de las colonias españolas en América fue el resultado de la descomposición del viejo imperio. La metrópolis, lejos de los tiempos de viejas glorias y exhausta por una guerra de independencia y un subdesarrollo muy marcado, era un freno a la oligarquía criolla, que bajo dicho dominio tenía las posibilidades de comercio con el resto de potencias muy limitadas… Necesitaban el poder político-económico que les daría la independencia y a su vez las grandes potencias ayudaban a dicha independencia, ya que este hecho les abría las puertas a un gran mercado casi virgen explotado durante siglos en exclusiva por la corona española donde podían extraer materias primas a bajo coste y venderles los productos fabricados con dichas materias a precios mas altos.
En el caso europeo, la aglutinación de pequeños mercados solo se podía hacer en muchos casos mediante la guerra (como las diversas guerras que el ejercito prusiano libró en la época de Bismarck), igual que la defensa de la integridad de un mercado determinado (la integridad de un estado nacional). ¿De quién se valió y se vale la burguesía para crear un espacio nuevo de mercado, aumentarlo o defenderlo? De las clases más humildes a las que les llenan la cabeza con palabras vacías como Dios, Patria, Rey, Bandera,… para que den en nombre de esas palabras lo único que tienen, la vida, sin darse cuenta de que la están dando para proteger el cortijo de quienes les explotan. No hay cosa más antinatural que las fronteras o las patrias. En ningún sitio de este minúsculo mundo en el que vivimos surgen de la tierra los postes que delimitan las fronteras. Esa gran propiedad privada es de unos cuantos, los cuales nos hacen creer que, por votar cada x tiempo, somos miembros con iguales derechos de esa “gran nación”. ¡Qué ilusión! En esas votaciones cedemos nuestra libertad, nuestro derecho a decidir por nosotros mismos a unos partidos que juegan a un juego con unas reglas ya marcadas de antemano por la burguesía para que nada cambie, para que ellos sigan siendo los verdaderos dueños.
Fue así como en el XIX se inventaron esos conceptos tan extendidos hoy: pueblo, comunidad nacional, patria,… Para consolidar ideológicamente los estados capitalistas que entonces surgían frente al Antiguo Régimen. Y en nombre de esos conceptos se desarrollaron las principales masacres de nuestra reciente historia, aunque siempre se ocultaban tras ellos los verdaderos intereses de la nueva clase dirigente, la burguesía. ¿Qué sacaron los explotados de todo eso? Muerte y represión. Hambre y penurias.
Marx y Engels criticaron las revoluciones liberales y nacionalistas. La liberación no debía ser sólo política, como en la Francia de 1789, sino humana en su sentido más amplio. Rosa Luxemburgo evidenció el carácter contra-revolucionario de los autodenominados “nacionalismos de izquierdas”. Muchos otros auténticos comunistas han puesto de relieve ese carácter reaccionario.
Las burguesías se desenvuelven hoy a nivel internacional (alianzas, fusiones, inversiones en otros países,…), mientras ellas mismas inoculan a los trabajadores conceptos como “patria”,… con el objeto de asegurar mejor sus intereses, su tablero de juego. ¿Cuándo se darán cuenta los obreros de que su verdadera liberación no viene a través de una “nación” que les garantiza su “libertad”? ¿No se dan cuenta que da igual estar bajo el yugo de un estado que de otro, que el trabajador seguirá estando oprimido por los que detentan los medios de producción? ¿Cuándo se darán cuenta de que la autentica liberación viene por la emancipación de las clases oprimidas?
Curiosamente, ahora que el gran capital se “libera” de su propio invento, vemos a muchos “marxistas” (y en especial a los leninistas) que no dudan en apoyar la “emancipación” de las supuestas naciones oprimidas. Podríamos decir aquello de “éramos pocos y parió la abuela”: más fronteras, más estados, más división de las masas obreras y por tanto menos vínculos de solidaridad y menos fuerza revolucionaria. Ayudemos a pequeñas burguesías retrógradas provincianas a “salvarse” de la quema monopolista impulsada por la globalización. El oportunismo de estos agentes leninistas llega a ser irritante, pues sacrifican el internacionalismo del movimiento obrero por el oportunismo que sólo, si acaso, les favorece a ellos. Porque al igual que la burguesía creó así sus espacios de subsistencia, así los esperan crear estos engendros del marxismo para generar su propia parcela de poder bajo el dominio económico del capitalismo de estado y el terror de la dictadura del partido sobre el proletariado. ¿No han aprendido nada del “socialismo en un solo país” stalinista? ¿Ni siquiera los masacrados trotskystas? Parece que su oportunismo y su fe ciega en la ideología jacobina leninista les impiden extraer las necesarias lecciones.
R.C.
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