MIÉRCOLES 20 DE FEBRERO, 18:30h
MANIFESTACIÓN EN PLAZA NUEVA
Convoca: CAMPAÑA CONTRA LA ORDENANZA ¿CÍVICA?
El Ayuntamiento de Sevilla tiene intención de aprobar una ordenanza municipal que arremete contra la libertad y el derecho de usar la calle de cualquiera de los vecinos que vivimos en los barrios de Sevilla y que representa un instrumento legal más para criminalizar la pobreza sin aportar soluciones (persiguiendo actividades como las de mendicidad, aparcacoches, prostitución, venta callejera…).
¿Queremos una ciudad-bunker? ¿En la que no podamos disfrutar de nuestras calles? ¿En la que los niños no puedan jugar libremente? ¿En la que no podamos protestar sin ser multados? ¿En la que la solución para las personas más excluidas sea barrerlas como si fueran basura?
Pretenden aprobar esta ordenanza con la excusa de promocionar y dinamizar los espacios públicos para el fomento de actividades sociales y culturales, pero la realidad es bien contraria... Por ejemplo:
· Estaría prohibido organizar un acto público si no es depositando una fianza, por tanto el que no tenga un duro no tiene derecho a manifestarse (siempre a criterio del Ayuntamiento, ¡claro!).
Se prohibiría cualquier tipo de actividad publicitaria (pancartas en los balcones, carteles, anuncios de trabajo o venta de piso, etc.), excepto en los lugares autorizados, ¿existen esos lugares? ¿acaso puede todo el mundo anunciarse en los periódicos o en la radio? Se vulnera, en definitiva, la libertad de expresión, por la que tanto se ha luchado en este país.
Se prohibiría cualquier acto de ocupación en administraciones públicas o privadas. ¿Quién no conoce a algún vecino que en el trabajo haya reivindicado sus derechos ocupando la fábrica o la administración de turno responsable? O tú mismo para pedir ambulatorios, autobuses o colegios en tu barrio. Cuando se apruebe esta ordenanza, podrán sancionarnos con multas de 750 euros la leve a 3.000 euros la muy grave.
· Se prohibiría la práctica de juegos y deportes en la calle, a excepción de las zonas especialmente acotadas. ¿Cuántas zonas de esas conocemos en los barrios? Con esta norma difícilmente vas a poder ver a tus hijos jugar donde vives, ya que ni existen espacios preparados para el juego ni terrenos donde crearlos, y te pueden multar por ello.
· Se prohíbe la mendicidad, bien directa, bien como prestación de servicios a cambio de dinero (por ejemplo, aquí entrarían las personas que venden pañuelos en los semáforos). También se va a perseguir a las personas que aparcan coches, en su mayoría, personas drogodependientes muy deterioradas o personas inmigrantes sin recursos. Y existe la intención de perseguir la prostitución. Es decir, que se quiere convertir a Sevilla en una ciudad de tolerancia cero con las personas más excluidas, utilizando el camino más rentable electoralmente y menos eficaz socialmente.
Son sólo algunos ejemplos de lo que han querido llamar Ordenanza Cívica. Este tipo de normas no ayudan a la convivencia, más bien la empeoran, y demuestran, una vez más, que el único camino que ven los que mandan es el de recortar libertades, aplicar soluciones represivas a los problemas sociales y crear instrumentos sancionadores para recaudar dinero de nuestros bolsillos.
¿Queremos una ciudad así?
¿Queremos una ciudad-bunker? ¿En la que no podamos disfrutar de nuestras calles? ¿En la que los niños no puedan jugar libremente? ¿En la que no podamos protestar sin ser multados? ¿En la que la solución para las personas más excluidas sea barrerlas como si fueran basura?
Pretenden aprobar esta ordenanza con la excusa de promocionar y dinamizar los espacios públicos para el fomento de actividades sociales y culturales, pero la realidad es bien contraria... Por ejemplo:
· Estaría prohibido organizar un acto público si no es depositando una fianza, por tanto el que no tenga un duro no tiene derecho a manifestarse (siempre a criterio del Ayuntamiento, ¡claro!).
Se prohibiría cualquier tipo de actividad publicitaria (pancartas en los balcones, carteles, anuncios de trabajo o venta de piso, etc.), excepto en los lugares autorizados, ¿existen esos lugares? ¿acaso puede todo el mundo anunciarse en los periódicos o en la radio? Se vulnera, en definitiva, la libertad de expresión, por la que tanto se ha luchado en este país.
Se prohibiría cualquier acto de ocupación en administraciones públicas o privadas. ¿Quién no conoce a algún vecino que en el trabajo haya reivindicado sus derechos ocupando la fábrica o la administración de turno responsable? O tú mismo para pedir ambulatorios, autobuses o colegios en tu barrio. Cuando se apruebe esta ordenanza, podrán sancionarnos con multas de 750 euros la leve a 3.000 euros la muy grave.
· Se prohibiría la práctica de juegos y deportes en la calle, a excepción de las zonas especialmente acotadas. ¿Cuántas zonas de esas conocemos en los barrios? Con esta norma difícilmente vas a poder ver a tus hijos jugar donde vives, ya que ni existen espacios preparados para el juego ni terrenos donde crearlos, y te pueden multar por ello.
· Se prohíbe la mendicidad, bien directa, bien como prestación de servicios a cambio de dinero (por ejemplo, aquí entrarían las personas que venden pañuelos en los semáforos). También se va a perseguir a las personas que aparcan coches, en su mayoría, personas drogodependientes muy deterioradas o personas inmigrantes sin recursos. Y existe la intención de perseguir la prostitución. Es decir, que se quiere convertir a Sevilla en una ciudad de tolerancia cero con las personas más excluidas, utilizando el camino más rentable electoralmente y menos eficaz socialmente.
Son sólo algunos ejemplos de lo que han querido llamar Ordenanza Cívica. Este tipo de normas no ayudan a la convivencia, más bien la empeoran, y demuestran, una vez más, que el único camino que ven los que mandan es el de recortar libertades, aplicar soluciones represivas a los problemas sociales y crear instrumentos sancionadores para recaudar dinero de nuestros bolsillos.
¿Queremos una ciudad así?
1 comentario:
Yo he ido a Sevilla de turista y desde luego me he sentido acosado por gorrillas y similares. No creo que solo con medidas coercitivas se consiga nada , pero unas normas minimas debe haber
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