jueves, 28 de febrero de 2008

CONCENTRACIÓN ANTIRRACISTA Y ANTIFASCISTA

viernes 29 de febrero. 19h Tirso de Molina



Hace 20 años, grupos nazis asaltaron los puestos de difusión y distribuidoras de la plaza de Tirso de Molina. La respuesta de autodefensa del año siguiente daría lugar con el tiempo a las manifestaciones del 20-N y al antifascismo madrileño. Desde entonces, la plaza de Tirso de Molina es para muchos de nosotros un lugar simbólico, es nuestra plaza.


Este viernes 29 de febrero a las 20:30 los grupos nazis Nación y Revolución y Combat España tienen pensado celebrar un acto electoral legalizado en esa misma plaza, en el corazón de Madrid. Pretenden lanzar su demagogia barata desde uno de los lugares más importantes para la lucha contra los fascistas en Madrid. Han elegido ese sitio a sabiendas que es una provocación para todos aquellos que nos oponemos al fascismo. A sabiendas que se encuentra a escasos metros del barrio de Lavapiés, con un alto porcentaje de población inmigrante, donde conviven personas de diferentes culturas y razas, para intentar inocular su discurso xenófobo entre los trabajadores. Nación y Revolución y Combat España, son grupos abiertamente nazis, su presencia en el centro de Madrid no es sólo una provocación sino también una amenaza para muchos de los que viven o frecuentan esa zona.


Todo indica que se aproximan tiempos oscuros para los trabajadores, el capitalismo nos tiene preparada otra crisis que nos obligue a tragar más fácilmente con un recorte de nuestras condiciones de vida, que nos haga tragar más fácilmente con sueldos más bajos, peores contratos y precios más altos en beneficio de su economía y su país. Los grupos fascistas buscan aprovecharse de esta crisis intentando dividirnos a los trabajadores con su mensaje xenófobo y racista, echándoles la culpa a los inmigrantes de problemas (alto precio de las casas, bajos salarios, paro, etc.) cuyos verdaderos responsables son políticos y empresarios. Desviando la atención de las verdaderas causas dan un respiro a los gestores y culpables de nuestra miseria.


No podemos ni vamos a permitir que grupos fascistas, nazis o xenófobos se manifiesten tranquilamente en el centro de nuestra ciudad, en nuestra plaza de Tirso de Molina, amparados por la policía, la justicia y la democracia, poniendo en peligro a nuestros amigos y compañeros, difundiendo sus mentiras y su demagogia, como si las calles fuesen otra vez suyas. Por eso, convocamos una concentración pública y masiva, a las 19:00 en la plaza de Tirso de Molina, para demostrar a los fascistas que somos más y que no les vamos a consentir que se paseen por nuestros barrios, por nuestras calles y por nuestras plazas.


Fascistas no, ni en las urnas ni en las calles

Ha llegado la hora de dar la cara.

Madrid Antifascista



En el enlace podeis descargar el panfleto y el cartel en pdf listo para imprimir

http://klinamen.org/article3942.html



Se pide la máxima difusión posible, que la gente se imprima los carteles, enlace, publique por internet y todos los medios a su alcance, no dejemos que cincuenta nazis se adueñen de nuestros barrios.

miércoles, 13 de febrero de 2008

Sevilla: ¡No a la ordenanza cívica!

¡NO A LA ORDENANZA CÍVICA!

MIÉRCOLES 20 DE FEBRERO, 18:30h

MANIFESTACIÓN EN PLAZA NUEVA

Convoca: CAMPAÑA CONTRA LA ORDENANZA ¿CÍVICA?

El Ayuntamiento de Sevilla tiene intención de aprobar una ordenanza municipal que arremete contra la libertad y el derecho de usar la calle de cualquiera de los vecinos que vivimos en los barrios de Sevilla y que representa un instrumento legal más para criminalizar la pobreza sin aportar soluciones (persiguiendo actividades como las de mendicidad, aparcacoches, prostitución, venta callejera…).

¿Queremos una ciudad-bunker? ¿En la que no podamos disfrutar de nuestras calles? ¿En la que los niños no puedan jugar libremente? ¿En la que no podamos protestar sin ser multados? ¿En la que la solución para las personas más excluidas sea barrerlas como si fueran basura?

Pretenden aprobar esta ordenanza con la excusa de promocionar y dinamizar los espacios públicos para el fomento de actividades sociales y culturales, pero la realidad es bien contraria... Por ejemplo:

· Estaría prohibido organizar un acto público si no es depositando una fianza, por tanto el que no tenga un duro no tiene derecho a manifestarse (siempre a criterio del Ayuntamiento, ¡claro!).
Se prohibiría cualquier tipo de actividad publicitaria (pancartas en los balcones, carteles, anuncios de trabajo o venta de piso, etc.), excepto en los lugares autorizados, ¿existen esos lugares? ¿acaso puede todo el mundo anunciarse en los periódicos o en la radio? Se vulnera, en definitiva, la libertad de expresión, por la que tanto se ha luchado en este país.
Se prohibiría cualquier acto de ocupación en administraciones públicas o privadas. ¿Quién no conoce a algún vecino que en el trabajo haya reivindicado sus derechos ocupando la fábrica o la administración de turno responsable? O tú mismo para pedir ambulatorios, autobuses o colegios en tu barrio. Cuando se apruebe esta ordenanza, podrán sancionarnos con multas de 750 euros la leve a 3.000 euros la muy grave.
· Se prohibiría la práctica de juegos y deportes en la calle, a excepción de las zonas especialmente acotadas. ¿Cuántas zonas de esas conocemos en los barrios? Con esta norma difícilmente vas a poder ver a tus hijos jugar donde vives, ya que ni existen espacios preparados para el juego ni terrenos donde crearlos, y te pueden multar por ello.
· Se prohíbe la mendicidad, bien directa, bien como prestación de servicios a cambio de dinero (por ejemplo, aquí entrarían las personas que venden pañuelos en los semáforos). También se va a perseguir a las personas que aparcan coches, en su mayoría, personas drogodependientes muy deterioradas o personas inmigrantes sin recursos. Y existe la intención de perseguir la prostitución. Es decir, que se quiere convertir a Sevilla en una ciudad de tolerancia cero con las personas más excluidas, utilizando el camino más rentable electoralmente y menos eficaz socialmente.

Son sólo algunos ejemplos de lo que han querido llamar Ordenanza Cívica. Este tipo de normas no ayudan a la convivencia, más bien la empeoran, y demuestran, una vez más, que el único camino que ven los que mandan es el de recortar libertades, aplicar soluciones represivas a los problemas sociales y crear instrumentos sancionadores para recaudar dinero de nuestros bolsillos.

¿Queremos una ciudad así?